Tomemos en cuenta la importancia del descanso. No el descanso físico que concebimos y añoramos luego de una jornada pesada, sino el descanso que Dios nos ofrece. Ese descanso verdadero, el que involucra una entrega total a Dios. El que implica que le entregues tus cargas y confíes en sus tiempos para darte soluciones que son permanentes y divinas.
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ENAMORADOS DE JESUS
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