Pidamos la provisión diaria no solo del pan que alimenta el cuerpo sino de aquella fuente de agua viva. Es bueno tener hambre y sed de ÉL, pues significa que queremos mas del Padre. Significa que buscamos tener mayor intimidad con ÉL y esto a Dios le gusta, busquemos en su palabra las respuestas que quiere escuchemos, entendamos y sigamos.
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