Somos edificios y labranzas de Dios, somos su producto perfecto, el resultado de sus planes. Muchas veces nos alejamos de ese plan, pero siempre podemos redireccionar nuestro camino para continuar con el plan. Acudamos a ÉL para que nos muestre el propósito de nuestras vidas.
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ENAMORADOS DE JESUS
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