Pertenecemos a un Dios incomparable. Los seres humanos tenemos una cultura de comparación. Desde niños hemos sido comparados y esto ha creado inseguridad, rencores y envidias. Dios nos llama a tener una identidad en ÉL y cuando la alcancemos, seremos incomparables!! No vivas en esa dinámica de compararte o comparar a tus hijos con otros.
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ENAMORADOS DE JESUS
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