Dios es sensible a nuestras necesidades. ÉL está siempre buscando esa conexión constante con nosotros. En momentos de alegría o tristeza nos busca para compartir con nosotros.
La espera mirando a Dios trae esperanza, la espera mirando el problema o la circunstancia trae desaliento. Sea cual sea la situación que estas pasando, no dejes de poner tu mirada en el Señor.