Prepara tu corazón para la transformación, el cambio a corazones humildes que reciben a Dios. Es el primer paso para un giro de 180 grados. Escuchemos el llamado del Padre, estemos atentos.
La espera mirando a Dios trae esperanza, la espera mirando el problema o la circunstancia trae desaliento. Sea cual sea la situación que estas pasando, no dejes de poner tu mirada en el Señor.