En la llenura del Espíritu Santo activemos los dones que nuestro Padre Amado nos regala. Activémoslos intencionalmente y lograremos vidas transformadas.
La espera mirando a Dios trae esperanza, la espera mirando el problema o la circunstancia trae desaliento. Sea cual sea la situación que estas pasando, no dejes de poner tu mirada en el Señor.