Practica, en el Espíritu Santo, la cultura de la honra hacia los demás. Reconoce, con amor, cariño y de forma genuina; las características bellas y los dones de los otros. Tomemos el ejemplo de Pablo con Filemón.
La espera mirando a Dios trae esperanza, la espera mirando el problema o la circunstancia trae desaliento. Sea cual sea la situación que estas pasando, no dejes de poner tu mirada en el Señor.