POR NADA estemos afanados. Entreguemos a Dios todas nuestras circunstancias y pidamos que su paz y su refugio vengan. Clamemos por victoria y estemos siempre agradecidos. Como un buen PADRE, él nos ayudará a pasar en victoria cada situación; incluso las más dolorosas. Te invito a que entregues todo a Dios, que te apegues a Cristo y declares en Cristo la victoria.
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ENAMORADOS DE JESUS
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