Muéstrame, oh SEÑOR, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad y enséñame porque tú eres el Dios de mi salvación. En ti he esperado todo el día.
Dejemos que Jesús ilumine nuestro camino y nos guíe por la senda que debemos recorrer. No en nuestros tiempos, sino en los suyos. Y en esa espera disfrutemos del proceso, oremos, adoremos y ayunemos pidiendo su luz.
Dejemos que Jesús ilumine nuestro camino y nos guíe por la senda que debemos recorrer. No en nuestros tiempos, sino en los suyos. Y en esa espera disfrutemos del proceso, oremos, adoremos y ayunemos pidiendo su luz.