Sadrac, Mesac y Abednego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: - No es necesario que te respondamos sobre este asunto. Nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos del horno del fuego ardiente; y de tus manos, rey, nos librará. Daniel 3: 16-17
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ENAMORADOS DE JESUS
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