Inclinarse ante nuestro Rey y Señor. Es hermoso cuando podemos establecer nexos constantes que vienen con la oración, la adoración o la palabra. Uno de los momentos de intimidad viene cuando doblamos rodillas. Ya que ello implica entrega total, sumisión, a nuestro amo, padre, amigo, una sumisión total en toda circunstancia.
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ENAMORADOS DE JESUS
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